El escaparate perfecto es el fin último e ideal de toda tienda a la hora de mostrar sus productos y atraer al mayor público posible. Existen una serie de claves y secretos para mejorar nuestro escaparate. Aquí los enumeramos para así alcanzar todos nuestros objetivos.
Escoge un buen espacio
A la hora de conseguir el escaparate ideal, el espacio es vital. Este primer punto conecta tanto con la disponibilidad geográfica como con las dimensiones del escaparate en sí mismo.
El lugar donde se localizará nuestro escaparate dependerá del sitio en el que esté nuestra tienda. No es lo mismo una calle mayor, una plaza o un centro comercial. Si estamos en un lugar por el que pasan muchas personas, posiblemente prefiramos destacar con un producto único y con mucho aire para que la identificación sea rápida. En cambio, si se trata de un lugar poco transitado, lo ideal será llamar la atención con muchos productos. En este caso, el tiempo que dispone una persona para nuestro escaparate es mayor.
Dentro del escaparate, la zona en la que ubiques cada producto, será muy importante. Considera la zona alta como la que menor visibilidad tendrá, así como la zona baja. El centro es lo más importante, allí se dirigen todas tus miradas y es donde tienes que disponer tu producto estrella. Deja el resto de huecos para cartelería o decoración, ¡pero sin sobrecargarlo!
Cuida la composición
Muy relacionada con el primer punto, una buena composición será la gran fortaleza de nuestro escaparate. Para conseguir una composición perfecta hay un concepto que deberemos explotar: equilibrio.
Podemos jugar con la simetría o la asimetría para un producto más tradicional o uno más agresivo. Tenemos la oportunidad de basarnos en formas geométricas para componer: crear un cuadrado, un círculo, jugar con las líneas o incluso hacer una pirámide. Prueba para ello mesas para apoyar tu producto o maniquíes con los que componer más fácilmente. Aún con todo, la clave es el equilibrio. Conseguir que el peso visual de nuestro escaparate no se vaya hacia un lado exclusivamente, como si de una fotografía se tratase.
Adapta la iluminación
Qué tipo de iluminación necesito para mi escaparate? Es la pregunta que se realizan muchos comerciantes a la hora de ambientar y crear el mejor impacto. Hay muchos tipos de luz y focos, pero debemos personalizar nuestra iluminación al tipo de escaparate que deseemos lograr.
Para una atmósfera más agresiva, que llame la atención al primer vistazo, usaremos una luz directa, creando grandes sombras y un gran dramatismo. En un ambiente más relajado, usaremos luz indirecta, con sombras suaves. Éstas se usan para un escaparate que mantenga la atención del consumidor durante un tiempo más prolongado.
Usa el color correcto
Llegamos al último punto y, probablemente, el más importante para muchos escaparatistas. El color es un elemento con tanto juego que sus combinaciones son infinitas. No por ello debemos relajarnos y dejarlo a la improvisación. Su buen uso será la clave y el secreto para que nuestro escaparate funcione perfectamente.
Considera que debes crear una armonía entre los colores de tu producto y el de los complementos decorativos que uses, como las plantas o atractivas pegatinas. Juega también con el contraste, pero siempre ten en cuenta que la sutileza es la reina. Utiliza la psicología del color, asignando colores cálidos o fríos a la sensación que desees conseguir.
Por último, siempre ten en cuenta la temporada en la que te encuentras. Cada época del año tiene su color, iluminación y composición ideal, pero la originalidad siempre tiene premio a la hora de conseguir destacar y atraer la mirada de tus clientes.